La composición

Hacer una fotografía es muy sencillo, basta coger la cámara de fotos, acercar el ojo al visor o mirar la pantalla y disparar. Que una fotografía tenga una exposición correcta es bastante fácil, sobre todo con los automatismos de las cámaras actuales. Pero conseguir que una fotografía sea atractiva es mas complicado. Depende de múltiples factores, el motivo, la luz, el color y la composición. De momento nos vamos a centrar en la composición, esta tiene que resultar atractiva a la vista por lo tanto vale la pena perder unos instantes en buscar una composición agradable antes de apretar el disparador.

Vamos a hablar de las reglas básicas de la composición, aunque es mas importante conocerlas que seguirlas a rajatabla, pues a veces el secreto puede estar en saber cuando saltarse las reglas. Estas son las mismas que en el dibujo o pintura o maquetación.

El secreto de la composición esta en entender como se comporta la mente al ver una imagen y gracias a ello conseguir realzar y dar un entorno interesante al objeto que vamos a fotografiar.

El motivo

El primer paso es definir el motivo, cuando realizamos una fotografía tenemos que tener claro que es lo que queremos enseñar. No es lo mismo fotografiar un paisaje que hacer un retrato. Después tendremos que distribuir los elementos de una forma adecuada, no sirve el aquí te pillo aquí te mato.

El primer paso es observar el motivo a fotografiar desde distintos ángulos, fijándonos en el entorno. Lo normal es que los elementos no estén aislados, si no que haya otros a su alrededor que pueden restarle protagonismo, pero si sabemos encontrar el ángulo adecuado podemos darle la vuelta y usarlos para realzar el elemento principal o como poco conseguir que no le resten protagonismo.

Muchas veces estamos tan concentrados en el motivo de la foto, que no nos damos cuenta del resto hasta que vemos la foto. Por ello creo que es importante buscar la composición mentalmente antes de coger cámara y mirar por el visor. Una vez la tengamos mas o menos definida pasaremos a encuadrar con la cámara y corregir lo que necesitemos.

El encuadre

Un punto importante es el espacio alrededor del objeto a fotografiar. Tenemos que intentar no dejarlo encajonado dentro del encuadre, ejemplo típico los pies cortados. Ni dejar demasiado espacio a su alrededor, pues se pierde dentro de la foto.

Aquí tenemos que tener en cuenta además otros factores o casos especiales:

  • Objetos en movimiento; tiene que tener espacio hacia donde se desplaza, es decir si se desplaza de derecha a izquierda de la imagen siempre necesita mas espacio (aire) a la izquierda que a la derecha.
  • Retratos; cuando el objeto retratado esta de perfil o siempre que no este totalmente frontal, necesita un mayor aire hacia donde se dirige la mirada.

Este retrato esta «encajado», parece mas una foto de carnet que un retrato

Dándole aire en la parte frontal liberamos espacio conseguimos una composición mas agradable y el retrato gana fuerza

El formato

Una foto la podemos sacar en formato apaisado o vertical. Si bien el formato apaisado se considera el normal en fotografía, el gran uso del teléfono móvil como cámara y como soporte de visión hace que el vertical cada vez tome mas popularidad. Pero cuando hablamos de composición no se trata de buscar cual es la mas popular, sino cual es la mas adecuado. A veces primara el soporte donde tengamos que enseñar la imagen o estar condicionada de antemano por un formato concreto, en estos casos lo tendremos en cuenta a l ahora de buscar la composición.

Esta imagen de una amapola tiene una composición correcta, no esta encajonada y destaca del fondo, pero no percibimos si es un elemento alto o no

Una composición vertical en cambio consigue realzar la altura del elemento.

No voy a decir que una sea mas acertada que la otra, sino que un simple cambio de orientación de la toma cambia la visión de los elementos, tengámolos en cuenta

La regla de los tercios

Las imágenes anteriores también nos sirven para ver la que se considera la regla de oro de la composición, la regla de los tercios.

División de la imanen en tercios

Si trazamos dos líneas verticales y dos horizontales de forma que queden equidistantes de los bordes de la imagen, tenemos la imagen dividida en tercios. La regla de los tercios nos dice que tendremos que colocar los elementos principales coincidiendo con el punto donde se cruzan esas líneas. En las imágenes anteriores podemos apreciar que la amapola esta colocada en la intersección inferior-izquierda. El motivo de que este en la izquierda es que la flor mira a la derecha y así le damos aire hacia donde esta encarada. El mantenerse en el eje inferior es porque es una visión «mas natural», nuestra mente acepta mejor el aire superior ya que es como vemos siempre las cosas, estamos mas cerca del suelo que del cielo.

Esta regla es aplicable a todo tipo de fotografía, ya sea retrato, paisajes, bodegones, etc.

Es una regla tan básica, que sale incluso en la mayoría de los manuales de las cámaras de fotos e incluso algunas compactas dentro de las diferentes configuraciones de visualización de los LCD ofrecen una con las guías de tercios, para ayudar a la composición. A continuación os dejo dos imágenes mas en las que se aprecia las bondades de la composición por la regla de los tercios.

El horizonte, aunque ligeramente caído, se mantiene en la línea del tercio inferior, consiguiendo una composición equilibrada, el tercio central lo ocupa la tierra principalmente y el superior el cielo, es una distribución que coincide con como vemos las cosas normalmente

En esta toma la mujer esta situada en el primer tercio vertical y con aire hacia donde mira. El horizonte esta alto, el motivo es mantener los barcos lo mas cerca del tercio inferior y mantener un cierto aire por encima y debajo del retrato

El punto de fuga o líneas de fuga

El punto de fuga lo podemos entender con el ejemplo de las vías de un tren. Si bien son una líneas paralelas entre si, cuando nos colocamos en el centro de ellas y miramos hacia delante, vemos como estas se van juntando paulatinamente, si lo hiciésemos en una recta lo suficientemente larga veríamos como al final acaban juntándose en un punto lejano, es lo que denominamos punto de fuga.

En fotografía su misión no es otra que la de guiar la vista del espectador hacia un punto determinado de la imagen, con eso conseguimos darle protagonismo al punto de la imagen que mas nos interesa.

El punto de fuga no tiene por que ser necesariamente el centro de la imagen, este lo podemos desplazar hacia cualquier lado de la imagen, seria una línea imaginaria que nos guía la vista en un sentido determinado.

En estas dos imágenes he remarcado las líneas de fuga. Podéis apreciar como los puntos de fuga hacen que recorramos las foto en un sentido determinado, si pulsáis sobre ellas las podéis ver en grande.

El elemento principal de la foto es la el numero 0 , pero gracias a las líneas de fuga, la autora consigue incorporar otro elemento que si no pasaría desapercibido, el cartel de lo alto del edificio. Las líneas de fuga guían nuestra vista desde el numero 0 hacia arriba donde se encuentra el cartel.

Foto, realizada por Pohen de Minoltaspain.com

Esta otra imagen sirve muy bien para presentar como este efecto se puede conseguir con elementos distintos. No vemos unas líneas definidas como tales, son los árboles los que marcan las líneas de fuga, guiando muestra vista hasta el fondo de la laguna.

Foto realizada por Txarli de Minoltaspain.com

La perspectiva

La perspectiva es la forma de dar profundidad a una imagen bidimensional. La fotografía es una imagen plana, pero representamos objetos tridimensionales, para representar esa profundidad tenemos que acudir a la perspectiva.

Si trazamos dos diagonales en un trozo de papel desde sus vértices y fijamos la vista en el centro, veremos como esa imagen tan simple adquiere volumen.

Pues para conseguir dar profundidad a la fotografía recurrimos a este principio tan básico, lo único que tenemos que hacer es usar esas diagonales para obtener un punto de fuga que guíe nuestra vista hacia el fondo de la imagen consiguiendo así darle esa profundidad.

Este es un ejemplo clásico de volumen, vemos como las diagonales imaginarias coinciden plenamente con las líneas de los arcos y los bancos, generando una sensación de profundidad a la imagen.

La perspectiva y el juego con las líneas de fuga es infinito.